La volatilidad del mercado es una de las principales medidas de riesgo en una inversión. La alta volatilidad es un riesgo porque las grandes fluctuaciones aumentan el riesgo de pérdida de valor cuando es posible que necesite vender para recuperar su dinero. La volatilidad se puede medir para cualquier cosa que se mueva en el tiempo: el precio de una acción, un índice, un fondo mutuo.
Por tanto, al comparar inversiones históricas es interesante comparar su rendimiento y su volatilidad. Buscamos la inversión con mejor rendimiento y menor riesgo. El Comparador Y presenta las rentabilidades históricas de los perfiles gestores de Yomoni y de los fondos de inversión diversificados competidores según dos ejes:
- Desempeño anualizado.
- Volatilidad histórica.
¿Por qué existe la volatilidad del mercado?
En primer lugar, los únicos activos con volatilidad cero son aquellos que se mueven en línea recta. ¡Son muy raros! Cualquier activo sujeto a la oferta y la demanda será necesariamente volátil. Tres factores pueden explicar la volatilidad de un mercado:
- Una variación en el ingreso esperado (por ejemplo, para una acción: la expectativa de dividendos futuros inferiores a los esperados).
- Una variación en la certeza de los ingresos esperados (por ejemplo, para un bono: aumenta el riesgo de impago).
- Una variación de los tipos de interés (porque los tipos de interés modifican, mediante el descuento de flujos de efectivo futuros, el valor actual de una acción).
- Una variación, a veces pequeña, en uno de estos factores puede provocar variaciones sustanciales de precios y aumentar la volatilidad.
Por ejemplo, si una empresa anuncia que ha obtenido un nuevo contrato importante cuando los inversores no lo esperaban, el precio de sus acciones puede dispararse. De manera similar, si una empresa en problemas presenta un plan de financiación coherente, sus bonos pueden recuperarse. Estos son dos ejemplos de volatilidad alcista.
Algunas empresas son intrínsecamente más volátiles: son las que conllevan la mayor incertidumbre sobre sus ganancias. Las empresas cíclicas (proveedores de automóviles, industria química, construcción, etc.), empresas no rentables (aerolíneas) o empresas que están creciendo rápidamente pero que generan pérdidas (muchas empresas de nueva creación) son las más volátiles.
En el caso de los bonos, cuanto más largo sea el vencimiento (10, 20, 30 años…), más volátil será el bono. De hecho, incluso si conocemos el precio al que se reembolsará el bono, no sabemos con certeza si el emisor del bono seguirá existiendo para entonces. Además, se está a merced de posibles aumentos de la inflación, que penalizarán el valor real de los importes recuperados a plazo.
Debido a nueva información, la volatilidad aumenta cuando el valor razonable de una acción se estima repentinamente en B mientras el precio está en A. Cuanto mayor sea la distancia entre A y B, más variará el precio y mayor será la volatilidad. A escala de todo un mercado, el aumento de la volatilidad puede explicarse por fenómenos más globales, por ejemplo:
- Un cambio que podría influir en los resultados de todo un sector o de todas las empresas a la vez (conflicto político, guerra, nuevas regulaciones…)
- Una publicación que hace que los inversores se den cuenta de que estaban equivocados en sus expectativas (si las estadísticas de ventas de automóviles son mejores de lo esperado, los inversores tienen buenas razones para creer que los beneficios de los fabricantes de automóviles serán mayores de lo que estimaban y, por tanto, que el precio de las acciones de automóviles debería ser más alto)
- Un cambio inesperado en las tasas de interés. Los tipos de interés afectan al precio de todos los productos financieros y inmobiliarios a través de mecanismos de descuento.
En términos más generales, la incertidumbre y la sorpresa crean volatilidad, tanto al alza como a la baja.
Cómo reducir la volatilidad de la cartera
Las acciones y las criptomonedas son generalmente más volátiles que los bonos, que a su vez son más volátiles que el mercado monetario. Las cuentas de libreta tienen una volatilidad cero (o una volatilidad muy baja, ya que sus tasas cambian a veces, pero no con frecuencia).
La combinación de varias acciones reduce la volatilidad de la cartera: por eso, un índice bursátil suele ser menos volátil que una acción individual. ¡Este es el principal atractivo de la diversificación! Esto es aún más cierto si los sectores no están correlacionados (si no se mueven en la misma dirección) y si hay diversificación geográfica y monetaria. En esta proporción, los ETF son excelentes instrumentos financieros porque pueden diversificarse.
A nivel de cartera, combinar acciones y bonos también puede reducir la volatilidad. Una vez más, el uso de ETF es esencial para diversificar a un coste menor.
Cuidado con la volatilidad pasada del mercado
Al calcular la volatilidad del mercado, utilizamos datos históricos. Sin embargo, ¡el rendimiento pasado no predice el rendimiento futuro! Esto implica que las volatilidades pasadas no predicen las volatilidades futuras. La volatilidad del mercado varía con el tiempo. Una acción tranquila, o un mercado tranquilo, que no cambia mucho, de repente puede volverse muy volátil. Esto se conoce como cambio de régimen de volatilidad, un fenómeno que sorprende a muchos inversores.
¿Qué es la volatilidad implícita?
Por último, existe una volatilidad implícita. Este es un concepto problemático porque no se puede medir en el mercado. Refleja la idea de que los precios aún no son volátiles pero lo serán pronto. Para simplificar, es un poco como si el TGV pasara por una ciudad de provincia a una hora de París, pero aún no sabemos cuál. Los precios inmobiliarios están a la espera.
Han subido un poco porque ya se han posicionado algunos compradores. Aún así, sabemos que tan pronto como el anuncio sea oficial, la ciudad seleccionada se llevará 20%, y los perdedores perderán todo lo ganado. El precio entonces se comporta como una banda elástica a punto de romperse: se acumula tensión y tan pronto como sale la noticia, habrá un gran movimiento, en un sentido o en otro. La volatilidad no está presente, pero sí latente.
Hablamos de volatilidad implícita porque esta volatilidad aún no se puede medir en los precios de los activos. Aún así, es mensurable en el precio de las opciones, es decir, el precio de la protección contra las variaciones de precios. En los mercados de valores, la volatilidad aumenta antes de decisiones esenciales (por ejemplo, movimientos de las tasas del banco central) y disminuye. En cierto modo, refleja expectativas de volatilidad futura.
¿Cómo reaccionar en tiempos de alta volatilidad en los mercados?
Como inversor, la volatilidad puede resultar aterradora. A veces puede hacerte sentir como si estuvieras perdiendo toda tu fortuna, y en otras ocasiones puede subirte a la cabeza, haciéndote pensar que eres el rey del petróleo. La buena noticia es que no es necesario reaccionar. La volatilidad es una parte natural del mercado y tratar de responder a ella es una excelente manera de cometer errores. A continuación te damos 3 consejos para soportar mejor las sesiones volátiles:
- Mantenga un horizonte de largo plazo: Los cambios repentinos son parte del viaje, pero el largo plazo es esencial. Como en la autopista: abrir la puerta para mirar el camino que tenemos por delante da miedo, pero mirar el horizonte es relajante. Da un paso atrás y mantén la cabeza fría.
- Diversificar: No todos los activos suben y bajan al mismo tiempo. Diversificar es la mejor manera de reducir la volatilidad experimentada en una cartera.
- Utilice pagos programados: Se aprovechan de la volatilidad porque, por la misma cantidad cada mes, se compran más acciones después de una caída y menos después de una subida.